Hace algunas semanas salí a cenar con algunos compañeros de la oficina, mientras estaba allí sentía que no la estaba pasando bien, algo de incomodidad, de esas veces que te acomodas varias veces en la silla porque crees que la incomodidad surge debido a la postura; sin embargo, en aquella ocasión la incomodidad venía de adentro, parecía que no podía engancharme con nada de lo que platicaban en la mesa. La conversación se sentía forzada y los silencios abrían paso a una sensación de querer salir corriendo. Así pase la noche hasta que finalmente se dió la oportunidad de huir.
Al llegar a casa sentí una especie de liberación, si bien soy una persona introvertida, no siempre tengo ese nivel de antipatía por las reuniones a las que asisto. De hecho llamaba mi atención aquella noche, que apenas unos días atrás me había reunido con un grupo de amigos y la había pasado muy bien. Me preguntaba: ¿Cuál es la diferencia?. Lo analicé separando los grupos inicialmente de este manera: con mis compañeros de oficina convivo 8 horas diarias, estudiamos la misma carrera, trabajamos en el mismo equipo se podría decir que tenemos mucho en común, por otro lado, con mis amigos no nos vemos con tanta frecuencia y aun así estando con ellos me sentí con mucho más confianza. A simple vista no parecía encontrar el motivo de mi incomodidad y dejé el tema por un rato...
Cuando leo algún libro marco las citas que me parecen interesantes con etiquetas para después leerlas, algunas de ellas son las que escribo en este blog. Ya había caído aquella pregunta en alguna parte de mi subconciente, me la imagino como flotanto entre tantas otras que tengo en la cabeza esperando ser respondidas en algún momento. Me encontraba releyendo las citas de "El hombre autorrealizado", para elegir alguna que me inspirara a escribir, cuando me topé con la que coloqué al inicio de este post, rápido hizo conexión con la pregunta que tenía latente por allí. Entonces reanalicé ambas experiencias y esta vez fui capaz de ver que cuando les compartía algo de lo que me gusta hacer fuera del ámbito laboral y expresaba lo que quiero para mi vida y para mi ser, a mis compañeros de oficina, recibía cierto rechazo o cuestionamientos sobre la validez de mis motivaciones, resultaba frustrante intentar mantener una conversación así; mientras que con mis amigos, quizás hagan bromas, si están en desacuerdo me lo dirán seriamente, pero incluso aún sin tener los mismos gustos y objetivos siento que me apoyan en lo que soy y lo que quiero ser, una cualidad que pienso viene en el paquete del cariño.
Creo que lo que uno anhela ser en el futuro importa y mucho en el presente, porque todos los días nos levantamos llevando la intención de dirigirnos a lo que nos autorrealiza y debe ser algo natural supongo que al sentirnos frenados intenemos buscar una salida. No se trata de bondad o maldad en las personas que nos rodean sino simplemente en visiones diferentes de la vida, uno tiende a rodearse de personas que apoyen nuestra visión, puedo decir que hasta me resulta saludable.
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