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Mostrando entradas de marzo, 2020

¿Dónde está el oro? (3/3)

"Pero uno aprende así, poquito a poquito al comienzo, luego más y más. Y sus pensamientos se dan de topetazos y se hunden en la nada. Lo que se aprende no es nunca lo que uno creía..." Las enseñanzas de Don Juan. Carlos Castañeda. III. Oro puro Las siguientes tres noches no pude dormir, tuve crisis de ansiedad, mi segunda crisis creo. La primera, o la primera que recuerdo, había sido meses antes cuando unos gatos en celo se metieron por la ventana en plena madrugada y me rasguñaron la cara, soñé varios días con esos desdichados gatos, sin embargo, con lo de Daren fue peor pues me sentía culpable. Apenas amanecía salía al patio a ver si escuchaba algún ruido proveniente de su casa. Hasta que, después de la tercera noche, cuando ya tenía menos esperanzas, un sonido como de cacerolas se oyó de ese rumbo. Lo ví entonces salir a su patio, cargaba unos trastes para lavar, tan feliz como si nada hubiera pasado. Fue como un milagro, llegué a cuestionarme: ¿será que aún esto

¿Dónde está el oro? (2/3)

"No sé qué sucede, pero los males quiméricos alarman más, tal vez porque los verdaderos tienen medida; todo cuanto proviene de lo incierto queda a merced de conjeturas y fantasías del alma atemorizada. Por tal razón no existen terrores tan perniciosos e irremediables como los terrores pánicos, ya que los otros nos arrebatan la reflexión, pero los primeros aun la misma razón." Elogio a la ancianidad. Séneca II. Baldío Cuando pasó lo del baldío yo tenía 7 años más o menos. Después de la escuela todos los niños del vecindario jugábamos en unos lotes baldíos que se encontraban a unas cuadras de la casa. Eran los juegos de entonces: las escondidas, atrapadas, teléfono descompuesto, el avión; a veces alguno de los chicos llevaba un balón, con el que jugábamos un rato a la papa caliente, no durante mucho tiempo pues los niños siempre estaban ansiosos de llevárselo para jugar fútbol. Las niñas por otro lado cargaban con sus muñecas para peinarlas e intercambiarles los vestid

¿Dónde está el oro? (1/3)

"Sin embargo, la esfera más importante del dar no es la de las cosas materiales, sino el dominio de lo específicamente humano. ¿Qué le da una persona a otra? Da de sí misma, de lo más precioso que tiene, de su propia vida." El arte de amar. Erich Fromm I. Daren Daren era un tipo que por su aspecto físico destacaba de sobremanera en el barrio donde vivíamos. Procedía de un país caribeño, Jamaica sino mal recuerdo; había viajado con sus padres a México siendo él muy pequeño. De niña me intrigaba el oscuro color de su piel, ocasionalmente ponía mi manita en su antebrazo porque me gustaba ver el contraste. Era muy alto, a manera de juego me cargaba y me lanzaba en el aire; yo me reía por los puros nervios, en realidad me provocaba nauseas que hiciera eso pero nunca se lo dije. Además de su apariencia, era un tipo excéntrico, podría decir que ha sido la persona más excéntrica que he conocido hasta ahora. Hablaba perfectamente español, sin embargo, incluía todo tipo de modi

Prisioneros

"¿Acaso no somos todos prisioneros?" La señora Dalloway. Virginia Woolf ¡Cómo me gustarían unas vacaciones! Pensaba tirada en el sillón una tarde en pleno Domingo. Ensoñé cómo deberían ser unas vacaciones para que me proporcionaran el descanso que tanto añoraba. Me imaginaba en un montón de lugares haciendo diferentes cosas: en Cancún enterrando mis pies en la arena, pero ha decir verdad no es que me encante la playa; en el Tajín caminando entre las pirámides en ruinas, pero, ¡qué estrés y cansancio viajar por carretera! En Chiapas, recorriendo selvas y pantanos sobre una lancha, ni siquiera sé por qué se me ocurrió eso si les tengo pavor a los cocodrilos. En fin, la verdad es que en ningún lugar de los que invocaba mi mente me visualizaba realmente complacida. !Assssh unas vacaciones de mí misma es lo que yo necesito! Y jalé mis mejillas hacía abajo como lo hace el sujeto en "El grito" de Munch. Estaba tan harta de estar conmigo, de ser yo. Prisionera de mí

Pesadillas

"La historia tiene la realidad atroz de una pesadilla; la grandeza del hombre consiste en hacer obras hermosas y durables con la sustancia real de esa pesadilla." El laberinto de la soledad. Octavio Paz La primera vez que vi los graffitis de Banksy para variar estaba triste. Era casi la hora de salir de la oficina, algunos compañeros guardaban sus cosas, otros platicaban de asuntos personales, otros informaban sobre los asuntos resueltos en el día. En medio de ese ajetreo, yo buscaba en internet imágenes de gatitos para desenmarañar los pensamientos decadentes en mi mente y matar el tiempo; un click me llevó a otro y pronto me vi en una página con varias imágenes de su obra. Observé cada imagen con detenimiento, para entonces ya no pensaba en nada, sólo observaba. Las imágenes fueron como una estocada que habían cesado mi circuito mental para concentrar mi energía cerebral exclusivamente en la tarea de mirar. Me gustó la simplicidad de las imágenes, la sobriedad de lo