"... si conseguimos convencer a Gloria de que su Robbie no era más que un amasijo de
acero y cobre en forma de planchas y que el jugo de su vida no era más que hilos y electricidad..."Yo, robot - Isaac Asimov.
Mucho tiempo traté de convencerme que era una máquina y no necesitaba de las emociones para la vida que yo quería; así que simplemente decidí ignorarlas, no era sencillo, pero le puse empeño. Admito que mi poco conocimiento sobre biología me hizo tardar varios años en darme cuenta del sinsentido de mi tarea, incluso en algunos momentos llegue a estar convencida de que había logrado un gran un avance; lo que en realidad sucedió es que aprendí a reprimir mis emociones tan bien que me desconecté de la vida. Hasta el día que me dí cuenta que me estaba quemando y por negarme a sentirlo ya me estaba consumiendo. Las emociones resultaron ser parte del mecanismo avanzado del ser humano para la supervivencia, tanta energía gastada en represión en lugar de ser enfocada en atención.
" Raskolnikof - ¿Qué tengo ante mí? Juez - ¡La vida! ¿Es acaso profeta para saber lo que le reserva? Busque y encontrará. Tal vez Dios le espera en esta ocasión. Además, no será eterno el castigo." Crimen y castigo - Fiódor Dostoyevski. Una pequeña historia Iba paseando una tortuga cuando en su camino se encontró a un conejo que lucía triste y aburrido sobre una roca, decidido a hacer una buena obra, se propuso cambiar el estado de ánimo de su vecino. - ¿Estás listo para recibir una sorpresa?. - Le dijo la tortuga al conejo, mientras éste último, entusiasmado, abrió los ojos como aquellos que quieren verlo todo. - ¡Si!. - Replicó con tono eufórico y ansioso. - Entonces, sígueme. Caminaron juntos cuesta arriba, hacía la cima de una colina, donde hallaron un escueto canal. - Hemos llegado. - Dijo la tortuga. Al conejo no le pareció nada del otro mundo aquel paisaje, y se atrevió a decirle a su compañero, con un tono un tanto desilusionado: - ¿Es
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