"Era una muchacha fría, sencilla e incolora, que se defendía contra un mundo que le desagradaba con una expresión de máscara y una
hipertrofia intelectual" Yo, robot - Isaac Asimov.
En las primeras páginas del libro aparecieron estas líneas cuando yo tenía 12 años; la primera vez que las leí se me erizó la piel, en una frase me sentí comprendida y decidí que quería convertirme en la Dra. Susan Calvin; uno más de tantos sueños frustrados. Soy errante, no de los que viajan sino de lo que yerran, una y otra vez, ¿será que alguno de los pasos en mi vida llegue a convertirse en acierto un día?...
" Raskolnikof - ¿Qué tengo ante mí? Juez - ¡La vida! ¿Es acaso profeta para saber lo que le reserva? Busque y encontrará. Tal vez Dios le espera en esta ocasión. Además, no será eterno el castigo." Crimen y castigo - Fiódor Dostoyevski. Una pequeña historia Iba paseando una tortuga cuando en su camino se encontró a un conejo que lucía triste y aburrido sobre una roca, decidido a hacer una buena obra, se propuso cambiar el estado de ánimo de su vecino. - ¿Estás listo para recibir una sorpresa?. - Le dijo la tortuga al conejo, mientras éste último, entusiasmado, abrió los ojos como aquellos que quieren verlo todo. - ¡Si!. - Replicó con tono eufórico y ansioso. - Entonces, sígueme. Caminaron juntos cuesta arriba, hacía la cima de una colina, donde hallaron un escueto canal. - Hemos llegado. - Dijo la tortuga. Al conejo no le pareció nada del otro mundo aquel paisaje, y se atrevió a decirle a su compañero, con un tono un tanto desilusionado: - ¿Es
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